La ‘locura’ del software libre
Una muy querida amiga y blogfesora decía ayer en un foro en el que participamos juntos que algunos queremos la locura de convertir al mundo al software libre. Esta broma cariñosa me ha hecho reflexionar. Primero he pensado que a lo mejor me pasa como a don Quijote, que de tanto navegar por la Web se me ha retorcido el cerebro y ya no vivo en la realidad real, sino en una realidad virtual inventada a mi imagen y semejanza que acomodo a mis deseos. Los pacíficos molinos de viento para mí serían Microsoft, Google, Apple y otras pocas empresas que agitan sus brazos para asustar a los usuarios y tenerlos dominados. Pero alguien tiene que acabar con estos monstruos, y ése soy yo, claro.
Sin embargo, después he pensado que muchos logros históricos fueron considerados una locura antes de convertirse en claros elementos de sentido común. Podría poner el ejemplo del voto femenino, y así me gano al menos a mis lectoras. Me imagino a aquellos señorones (y señoronas) de hace un siglo diciendo que era una locura eso de que votaran las mujeres. Podría poner otros ejemplos de situaciones sociales insostenibles cuya solución pasaba por ser una locura, pero supongo que ya os imagináis a las que me refiero. Esas situaciones injustas se han ido solucionando en algunas partes del planeta en las que hemos tenido la suerte de nacer algunos, lo que hace actuar a muchas personas como si se hubieran solucionado en todas partes, y eso sí que es una locura.
Porque muchos se olvidan de que hay sitios donde la población no tiene dinero para comprarse un ordenador, un sistema operativo caro y unas aplicaciones carísimas sujetas a una o dos empresas que las controlan. Y aun si las condiciones económicas fueran aceptables, habría que pensar que esa situación de dependencia tecnológica no es la más deseable. No se trata de que los colectivos pobres usen el software libre y los ricos utilicen el software comercial o propietario, sino de que todos nos beneficiemos de la libertad que ofrece el software de código abierto.
Las nuevas tecnologías son la base de una nueva sociedad en la que algunos quieren ser los únicos que voten y decidan, por volver al ejemplo del voto femenino. Es otra forma de dominación de unos sobre otros. Unas sociedades están mucho más avanzadas que otras porque se han permitido el lujo de haber desarrollado unas infraestructuras tecnológicas potentes, aunque fundamentadas en muy pocas empresas que dominan la producción y el disfrute de las tecnologías. Pero estas tecnologías no son un juguete, sino que poco a poco se convierten en un bien público imprescindible como puede ser la medicina o la enseñanza. Y estamos de acuerdo en que esto, así considerado, tiene que estar al alcance de todos. Pensar otra cosa sería una locura.
Cuando Don Quijote murió en la cama, Europa se despertaba de siglos de sopor, y algunos ya empezaban a poner en cuestión la realidad social establecida. Pero eso ya es otra historia... de locos.
Enlaces de interés:
- Entrevista de Montserrat Boix a Tatiana de la O en la Conferencia Internacional del Software Libre 3. Gracias a Lourdes Barroso por este enlace sobre software libre y feminismo.
- Lucía Álvarez se hace eco de este artículo en Software libre para todos.
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