Excelente material para concientizar. Muchas de las cosas, las hago. Otras dudo hacerlas. Por ejemplo, en el frente de mi casa, lindando con la vereda, tengo un jacarandá que ya tiene más de 25 metros de altura, es decir que ha alcanzado su desarrollo máximo. Sus raíces han invadido por màs de tres oportunidades las cañerías de mi casa (hasta más de 15 metros a lo ancho). En las tres oportunidades, hice cortar las raíces, para evitar el corte drástico de la planta. Igual me sucede con las ramas que raspan el techo constantemente, levantando la capa asfáltica que he colocado en él... Con esas acciones, hoy por hoy, vivo atemorizada cuando hay lluvia con viento, pues en cualquier momento, éste se caerá sobre la edificación... He plantado, próximo a él y para su reemplazo, un olmo que está creciendo hermoso, pero que ha comenzado a torcerse porque las ramas del jacarandá le impiden crecer. Y sigo aquí, entre mi defensa por la naturaleza y la defensa de mi propia seguridad más inmediata, sin decidir qué hacer. Adhiero, sin embargo, a todo lo que avenga a preservar el medioambiente saludable para él mismo, entendiendo que sólo de ese modo, será saludable para todos.
1 comentario:
Excelente material para concientizar.
Muchas de las cosas, las hago. Otras dudo hacerlas. Por ejemplo, en el frente de mi casa, lindando con la vereda, tengo un jacarandá que ya tiene más de 25 metros de altura, es decir que ha alcanzado su desarrollo máximo. Sus raíces han invadido por màs de tres oportunidades las cañerías de mi casa (hasta más de 15 metros a lo ancho). En las tres oportunidades, hice cortar las raíces, para evitar el corte drástico de la planta. Igual me sucede con las ramas que raspan el techo constantemente, levantando la capa asfáltica que he colocado en él...
Con esas acciones, hoy por hoy, vivo atemorizada cuando hay lluvia con viento, pues en cualquier momento, éste se caerá sobre la edificación...
He plantado, próximo a él y para su reemplazo, un olmo que está creciendo hermoso, pero que ha comenzado a torcerse porque las ramas del jacarandá le impiden crecer.
Y sigo aquí, entre mi defensa por la naturaleza y la defensa de mi propia seguridad más inmediata, sin decidir qué hacer.
Adhiero, sin embargo, a todo lo que avenga a preservar el medioambiente saludable para él mismo, entendiendo que sólo de ese modo, será saludable para todos.
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